… marchándose de allá...
como un ave que escapa a la vista.
(HOMERO,
LA ODISEA)
Cuando Neruda se fue
la luz del
sol se eclipsó
y los jilgueros cantaban
versos de melancolía.
La luna se
oscureció
y los poetas lloraban
poemas de soledad.
En los turbios
descampados de la tristeza,
el cielo se desangraba con
una lluvia baldía,
con ventolera de ausencias.
Y fue su temporal
invierno frío,
imperio del
dolor en el crepúsculo.
El poeta se marchó como
un rumor
que lleva el viento a la
deriva
y fue su
amargo silencio
la canción triste y
doliente
que canta, enajenado, el
moribundo
en las
esferas concéntricas
del tiempo de su agonía.
Su boca somnolienta se
enredaba
en las olas sigilosas
del destierro
y quise ser estrella o
amuleto con Pablo
para
conjurar la noche oscura
con las luces de mi pecho
y avivar, de esta manera,
la luz tenue de los espejos rotos.
POEMA DE MI AUTORÍA PUBLICADO EN LA ANTOLOGÍA POETAS DEL MUNDO DE EDICIONES UNIVERSO. NOVIEMBRE 2022
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