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Pegalajar, Jaén, Spain
Gracias por venir a recorrer estos senderos literarios que han brotado de una fontana silenciosa, sedienta de emoción y de calma. Gracias por leer estos poemas, por beber su aliento, por respirar su aroma, por destilar su esencia, por libar su néctar. Sabed que han brotado de un corazón anhelante que sueña con ser luz y ternura, primavera y sueño, calidez y verso. Mientras lo consigo sigo escribiendo, soñando, amando, enseñando, viviendo y cantando a la vida y al amor, al mar y a la tierra, a la tristeza y al llanto, al suspiro de la brisa y al deseo de los espejos, a la melancolía y a la nostalgia. La vida es como un poema que, en unas ocasiones, nos abre las puertas de paraísos ignotos, de hermosas praderas cuajadas de florecillas silvestres, de exóticos jardines, de luminosas estancias donde germinan los sueños y donde se gesta el amor, pero en otras nos aboca al temblor de los fracasos, al dolor de las heridas, al vacío de las ausencias, al llanto de las tormentas, al furor de las ventiscas, al horror de las contiendas y a la tupida oscuridad de una noche sin luceros. Espero que seas feliz mientras bebes agua de los manantiales de la poesía, de las fontanas del verso.

miércoles, 15 de abril de 2020

ELLA SE FUE



 Ella se fue tan de repente,
tan sin decirlo, tan sin saberlo.
Se fue como una flor en primavera,
zarandeada y marchita por la tormenta
que se gestaba en el fondo de su ser.
Ella se fue como la brisa de mayo,
despacio y sola, como la lluvia de abril.


Ella se fue con un viso de rubí en sus mejillas,
con una nube en sus ojos, con un poema en sus labios,
con una pena en su corazón.
Ella se fue tan desolada, tan sin hablar,
que sus silencios restallaron en mi alma
y la pena de mi llanto centelleó en su interior.
Ella se fue sin una queja, sin un reproche, sin despedir.
Cruzó los vientos sin saber por dónde iba,
ni a dónde se dirigía, ni con quién quería estar.
Ella se fue cuando la Fuente llenó de agua la Charca,
de sueños y de esperanzas, las laderas de mi amor.
Ella se fue cuando la brisa bordaba haces de luz
en las pupilas del día, rosas de seda en los jardines del sol.
Ella se fue a un lugar sin retorno.
Su mirada se quedó prendida en el cristal del adiós.
Ella se fue en una fecha sin brillo en el calendario,
sin colores de arco iris, sin olores de jazmín.

¿Por qué te fuiste cuando la primavera
extendía su manto de flores multicolor,
cuando abril acariciaba el olor de las celindas,
cuando sonaba en el aire el canto del ruiseñor?
¿Por qué te fuiste cuando la hiedra trepaba
los aposentos de mi dolor?

ENCARNA GÓMEZ VALENZUELA
En CasaRosada, 14 de abril de 2020




















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