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Pegalajar, Jaén, Spain
Gracias por venir a recorrer estos senderos literarios que han brotado de una fontana silenciosa, sedienta de emoción y de calma. Gracias por leer estos poemas, por beber su aliento, por respirar su aroma, por destilar su esencia, por libar su néctar. Sabed que han brotado de un corazón anhelante que sueña con ser luz y ternura, primavera y sueño, calidez y verso. Mientras lo consigo sigo escribiendo, soñando, amando, enseñando, viviendo y cantando a la vida y al amor, al mar y a la tierra, a la tristeza y al llanto, al suspiro de la brisa y al deseo de los espejos, a la melancolía y a la nostalgia. La vida es como un poema que, en unas ocasiones, nos abre las puertas de paraísos ignotos, de hermosas praderas cuajadas de florecillas silvestres, de exóticos jardines, de luminosas estancias donde germinan los sueños y donde se gesta el amor, pero en otras nos aboca al temblor de los fracasos, al dolor de las heridas, al vacío de las ausencias, al llanto de las tormentas, al furor de las ventiscas, al horror de las contiendas y a la tupida oscuridad de una noche sin luceros. Espero que seas feliz mientras bebes agua de los manantiales de la poesía, de las fontanas del verso.

lunes, 6 de abril de 2020

PRIMAVERA 2020



La primavera ha llamado a la aldaba de mi puerta.
Yo no sé si debo abrirle, para no incurrir en falta
de no recibir visitas y estar encerrada en casa.
La primavera amistosa va tocando los jardines,
con su varita de magia.


En el rosal, pone rosas. En las macetas, geranios multicolor.
En los vergeles, florestas. En los árboles, sus flores,
Que ya tiran secos pétalos, (dichoso pan de pastor)
que se mete en las ventanas, por las rendijas,
En los zaguanes, por debajo de las puertas.
Y en mi alma,
por esa puerta entreabierta de mis labios.
Ahora vendrán las hojas, verdes,
verdes, de verde doncella, que nacerán en sus ramas.
Con su blonda cubrirán los árboles de los parques.
Durante todo verano, lucirán sus esplendores.
¿Quién dará a la primavera esas flores tan preciosas,
esos colores tan bellos, esos olores tan tiernos,
esa brisa tan suave y esas lindas mariposas?
¿La madre Naturaleza o el propio Dios en persona,
o la Virgen o los santos?
Yo nunca pude saberlo, ni estudiarlo en libro alguno.
Solo sé que sus espejos no los lustran las criaturas
ni los proyectan personas ni los propios gobernantes.
Que sus profundos misterios no los dibuja la gente.
Que una mano poderosa, allá en lo alto del cielo,
teje amores, sentimientos, cualidades y alegrías.
Y manda a la primavera ponerse traje de gala.
Adornar los ventanales, vestir todo de armonía.
Poner flores en los tiestos y amor en los corazones,
en los labios, risas, besos y canciones amorosas
y mensajes de esperanza. Y en los jardines del mundo,
plantar claveles y rosas.










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