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Pegalajar, Jaén, Spain
Gracias por venir a recorrer estos senderos literarios que han brotado de una fontana silenciosa, sedienta de emoción y de calma. Gracias por leer estos poemas, por beber su aliento, por respirar su aroma, por destilar su esencia, por libar su néctar. Sabed que han brotado de un corazón anhelante que sueña con ser luz y ternura, primavera y sueño, calidez y verso. Mientras lo consigo sigo escribiendo, soñando, amando, enseñando, viviendo y cantando a la vida y al amor, al mar y a la tierra, a la tristeza y al llanto, al suspiro de la brisa y al deseo de los espejos, a la melancolía y a la nostalgia. La vida es como un poema que, en unas ocasiones, nos abre las puertas de paraísos ignotos, de hermosas praderas cuajadas de florecillas silvestres, de exóticos jardines, de luminosas estancias donde germinan los sueños y donde se gesta el amor, pero en otras nos aboca al temblor de los fracasos, al dolor de las heridas, al vacío de las ausencias, al llanto de las tormentas, al furor de las ventiscas, al horror de las contiendas y a la tupida oscuridad de una noche sin luceros. Espero que seas feliz mientras bebes agua de los manantiales de la poesía, de las fontanas del verso.

martes, 15 de febrero de 2022

UNA PANDEMIA DIFÍCIL DE ERRADICAR

Este es el artículo de mi autoría publicado en el periódico IDEAL SIERRA MÁGINA, para el mes de febrero de 2022. Abajo lo cuelgo en letra grande para que podáis leerlo.

UNA PANDEMIA DIFÍCIL DE ERRADICAR 

Hace ya cerca de dos años que estamos viviendo con la terrible pandemia del coronavirus. Si nos hubieran contado esta historia antes de suceder, nadie se la habría creído. No obstante, aquí la tenemos para seguir torturándonos. Ha tenido la osadía de extenderse por el mundo entero, de contagiar a muchísima gente y de llevarse a la sepultura a millones de personas. ¿Tendremos que vivir siempre con esta plaga tan perniciosa? 

Todos los virus cambian con el paso del tiempo, mutan, se adaptan a las barreras que se les ponen para que no se propaguen y a las vacunas que los combaten, para seguir infectando a la gente. Ahora nos preguntamos: ¿Son los virus entes con inteligencia propia, o todo es fruto del instinto de reproducción y de persistencia en el mundo? ¿Será la naturaleza la que los dota de esa fuerza expansiva y les proporciona las herramientas necesarias para reproducirse y seguir contagiando a la población mundial?

         Según la OMS, los cambios que se producen en los virus tienen poco efecto sobre las propiedades de los mismos. Pero algunos de esos cambios son: la facilidad de transmisión, la mayor gravedad de esa enfermedad, si se asocia a otras patologías, y la eficacia que sobre esos cambios puedan tener las vacunas, etc.

         En nuestro país, con la gran proporción de personas vacunadas, con tres dosis, que había a finales del otoño, creíamos que la pandemia estaba acabando, que podíamos salir sin mascarilla y tener encuentros y reuniones sin ningún peligro y ahora nos llega otra variante: la cepa Ómicron, que según dicen viene de África, y vuelve a contagiarse mucha gente a una velocidad sorprendente. Aunque parece que los síntomas de esta cepa no son tan graves como los de las anteriores, hay algunas personas, a las que está causando grandes perjuicios. A pesar de tener las tres vacunas puestas, están en las UCIS con suma gravedad.

Las reuniones de Navidad, en las que se recomendó no juntarse más de dos líneas familiares, para comer, y en las que no se han cumplido las normas aconsejadas en varios ámbitos, han dado auge a este virus para que siga campando a sus anchas y perjudicando a mucha gente. Hay también personas que padecen el coronavirus persistente y sufren muchos síntomas, sin saber si algún día van a verse libres de los mismos. 

Aparte de esto, hay algunas gentes negacionistas que no han querido vacunarse, por miedo a los efectos secundarios de las vacunas o por estar en desacuerdo con las mismas. Sin embargo, nadie ha fallecido por vacunarse y sí, por no hacerlo. Hay que decir que esas personas deberían ser solidarias con todos nosotros. Vacunándose obtendrían beneficios para sí mismas y para los demás.

También tenemos que decir que los gobiernos autonómicos, en vez de aconsejar las normas para combatir el COVID, deberían haber tomado medidas más drásticas, para impedir la propagación del virus, porque los consejos, mucha gente los desoye, y se expone a contagiarse y a perjudicar a los demás, sin ningún miramiento hacia sus semejantes. 

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