Gloria Nistal Rosique en este poemario desata los lazos de su alma y la deja volar por el espacio infinito, libre de ataduras. El tiempo de la reclusión le ha dejado algunas huellas que se esfuerza por borrar, aunque, a veces, le cueste. En este libro la autora ha querido sentirse parapetada por otras dos escritoras, mujeres con las cuales mantiene una profunda y estrecha amistad: Flori Tapia, que le escribe el Prólogo y Adelaida Porras Medrano, que le escribe el Epílogo. Resguardado entre estas dos sólidas columnas del templo de alguna diosa grecorromana, aparece el poemario de esta escritora, fotógrafa y viajera, que ha recorrido medio mundo, visitando innumerables países y enriqueciéndose con la cultura y el saber de los mismos. Cada lugar visitado le ha dejado una huella, le ha imprimido un carácter peculiar, que ella encierra en lo más profundo de su corazón, que ha interiorizado y que lanza al viento en sus libros, para que todos sus lectores puedan sentirse tocados por el mismo. Las metáforas usadas en sus poemas son geniales y de estreno, son como esos vestidos nuevos que llevan las niñas el domingo de Ramos. La autora también siente el dolor del mundo, las guerras, las pandemias…
Los poemas de Gloria
Nistal publicados en este libro están revestidos de paz, de dulzura, de
realidad, de sensatez y de experiencia, y tratan una amplia problemática, que
nunca acaba en tragedia, porque ella, en cada poema, deja una ventana abierta a
la esperanza, como para dejarnos salir por ella y no condenarnos a la desdicha
de perecer en el dolor. También sus poemas están impregnados de filosofía, de
ese sentir cotidiano y del estudio y el buceo profundo en los temas de la vida.
Sus poemas, a veces, abren heridas, otras veces, las sanan y, en ocasiones, te
dejan ver a su través la amplia problemática que impregna toda una vida vivida
al amor de la cultura y del saber profundo de la historia de las civilizaciones
clásicas. También se ve en sus poemas la influencia de los muchos viajes por
todo el mundo de la eterna viajera.
El poema dedicado A
Colombia es un canto de paz. Las calles de Colombia son para vivirlas,
no para morir en ellas. Un mensaje de vida que llama mi atención. Ahora
la vida continúa. La vida sigue para ella y para todos a pesar de los malos
tiempos vividos. Alejandría es un cruce de caminos, religiones y
culturas. A mis hermanos judíos y palestinos. Pide la PAZ para ellos. Como
cuando hay excedentes, poema dedicado al temporal filomena. El poema El
amor me ha llamado la atención por las hermosas metáforas usadas, pero no
voy a desvelarlo, para que lo leáis. Estoy en mi casa, Eterno retorno, Han
cerrado las fuentes y Han pasado treinta años son poemas, dedicados
a la pandemia, al encierro, a la soledad. Han pasado ya diez años es
otro poema de amor añorado, una década sin caricias, con muchos sentimientos y
sueños velados. He visitado muchos volcanes es un poema dedicado a ese
volcán que estalla en pinceles y plenitudes, que es Flori Tapia. La leyenda
de la visita de la diosa Durga a Madrid y Qué puedo hacer yo, son poemas
dedicados al gran nevazo que cayó en Madrid en 2021 y duró diez días. En el
poema La luz se cuela, habla de la vejez y de sus lacras, en las que
crecen las angustias. En La paz de las pequeñas cosas, habla de las
guerras personales. Me presenté en el uso de razón es un poema
filosófico, largo y sabio, en el que habla de la vida humana y sus fracasos,
desde una perspectiva personal, que puede abarcar a todos los seres humanos. Mi
libertad es un poema bellísimo en el que trata de los fracasos y de los
triunfos y donde todo se cuestiona y se espera todo, a pesar del paso del
tiempo. Mi soledad es blanca, por eso la autora la abandona en el altar.
Millones huyen, trata de la terrible tragedia de todas las guerras. Noche
en Sierra Mágina, en este poema habla de su gran amor por nuestra tierra y
del deslumbramiento vivido en ella. En Otra vez suspendida dice que se
vende al mejor postor de las caricias del alma. Pragmática y Saber estar en
el mundo son poemas filosóficos que, sin embargo, tocan la tierra, el amor,
el deseo de no morir antes del instante programado. Tenía veinte años y Me
apunto a la efeméride son poemas dedicados a la mujer: soy mujer y moriré
en el intento, dice la autora. Un día
miré mis manos, trata la vejez y el miedo a la misma.
Hemos dado un buen paseo
por los poemas de Gloria Nistal a la que doy el parabién por este lindo
poemario, lleno de vida, de ansias de paz, de justicia y del anhelante deseo de
detener todas las guerras. Este libro es un poemario para leer, reflexionar
sobre el destino humano y disfrutar de la poesía, que yo recomiendo a los
amantes de la misma. ¡Enhorabuena, Gloria! Continúa deleitándonos con tus
versos.
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