Para celebrar el Día contra la Violencia, sufrida por la mujer, cuelgo este poema que me premiaron en Peligros hace unos años.
LLORANDO LUNAS
Estaba la mujer llorando lunas,
sentada en el diván de los silencios,
marcada por la huella del quebranto.
El alma secuestrada hacia la noche.
Las manos, encalladas en la esfera
de su vientre, curvadas al dolor
de todos los naufragios de su pecho.
Las luces de sus ojos, apagadas.
La línea de sus labios, encendida,
bañada en desalientos y en tristezas.
La llama de su cuerpo, tiritando,
igual que una libélula en invierno,
igual que una gacela moribunda.
Y el hombre, con su voz lanzada al viento.
Sus brazos, como espadas, agitando
aires de tiranía, la marea
que gesta un temporal en la alameda.
Sus manos, como garfios, devastando
las flores de esta tierra, los trigales
que crecen a la orilla de los besos,
que fueron a morir en el olvido.
Los nichos, aguardando los espasmos
del horror, mausoleos entreabiertos
a la ironía del destino cóncavo
de aquellas margaritas cuyos pétalos
el viento devastó en la polvareda
de todos los amores imposibles.
Brilla el sol en el sol, la ventolera
que abanica la sed de los caminos.
La boca del terror, bisbiseando.
Tiernos versos de amor en nuestra alforja.
Tristes muecas de sombra en nuestros labios.
Estaba la mujer llorando lunas.
Su alma, entumecida por el llanto.
Sus lágrimas, un río de agua clara
que van a desaguar en la bahía
de todas las palomas maltratadas.
POEMA PREMIADO EN PELIGROS (GRANADA) EN EL CONCURSO DE POEMAS DE MUJER.
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