Abandoné mi
corazón para aprenderte
en la furia
visceral de las tempestades.
Bebí el
vino amargo de la distancia y vislumbré
la
nostalgia del ayer en los campos infinitos del destierro.
de sinuosas
veredas que confluyen donde germinan las penas.
La
indiferencia del tiempo perdido se me clavó en el alma.
anclado ya
en la memoria de los días mustios
como
trigales, entregados a la devastación del temporal.
su
gangrena, la besana purulenta del dolor.
Te reconocí lejano y frío. Tus ojos mortecinos y febriles.
Entonces
supe que jamás florecerá la rosa del amor
en
el jardín de los sueños.
Este poema me lo premiaron en Cabañas del Ebro (Zaragoza) en 2014, en el XI CERTAMEN POÉTICO LUNA AZUL y salió publicado en un librito de poesía. La estancia en este pueblo zaragozano fue una pasada y una bonita experiencia. Hoy evoco este tiempo con gozo y cuelgo el poema.
Encarna ´Gómez
Valenzuela http://trabajosdeencarn.blogspot.com
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