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Pegalajar, Jaén, Spain
Gracias por venir a recorrer estos senderos literarios que han brotado de una fontana silenciosa, sedienta de emoción y de calma. Gracias por leer estos poemas, por beber su aliento, por respirar su aroma, por destilar su esencia, por libar su néctar. Sabed que han brotado de un corazón anhelante que sueña con ser luz y ternura, primavera y sueño, calidez y verso. Mientras lo consigo sigo escribiendo, soñando, amando, enseñando, viviendo y cantando a la vida y al amor, al mar y a la tierra, a la tristeza y al llanto, al suspiro de la brisa y al deseo de los espejos, a la melancolía y a la nostalgia. La vida es como un poema que, en unas ocasiones, nos abre las puertas de paraísos ignotos, de hermosas praderas cuajadas de florecillas silvestres, de exóticos jardines, de luminosas estancias donde germinan los sueños y donde se gesta el amor, pero en otras nos aboca al temblor de los fracasos, al dolor de las heridas, al vacío de las ausencias, al llanto de las tormentas, al furor de las ventiscas, al horror de las contiendas y a la tupida oscuridad de una noche sin luceros. Espero que seas feliz mientras bebes agua de los manantiales de la poesía, de las fontanas del verso.

viernes, 4 de octubre de 2024

RESEÑA DE LA NOVELA LAS VIRTUDES DEL PÁJARO SOLITARIO DEL ESCRITOR JUAN GOYTISOLO A CARGO DE LA AUTORA ENCARNA GÓMEZ VALENZUELA

 

 


Las virtudes del pájaro solitario es una novela compleja, difícil de interpretar, de leer y, muchísimo más, de reseñar. Se resiste a ser analizada. Está escrita en primera persona por un protagonista narrador que vive la acción, una mujer, una apestada de aquellas que están recluidas, atrapadas, en un sanatorio —mansión de reposo con aires de balneario—, dirigidas por la Doña. En el primer bloque narrativo, esas señoras esperan la visita de otra dama, la dueña, de la cual se omite el nombre. Ella con zuecos o zapatones de aldeana, capa de vuelo y sombrero negro de anchas alas, cabellera naranja, pupila escrutadora y voraz, pálida. Ella, la visitante, la zancuda del sombrero y los velos, prosigue, con hierática solemnidad, su ronda macabra por aquel recinto de sanación y reclusión de damas. En este bloque aparece el número 33, —muy significativo por ser la edad de Cristo cuando comenzó su vida pública— para mencionar los peldaños de la escalera.

 Es un manual muy complicado en donde hay que poseer ciertos conocimientos literarios previos para terminar de encontrarle sentido o bien, mayor sentido. Pero no hay que acobardarse con la empresa, el lector siempre ha de exigirse más. El descubrimiento del talento se va aprendiendo y hay que ser humilde para saber reconocerlo.

 

El libro no tiene capítulos, está dividido en VI partes y cada una con varios bloques temáticos, que podían denominarse capítulos, pero el autor no los llama así. La última parte solo tiene un bloque narrativo. Tiene muchas descripciones, a veces, estas no dejan seguir el hilo de la historia. Usa el signo de interrogación al final de muchas frases. Entre la narrativa de este libro, Goytisolo encaja versos de San Juan de la Cruz.

 Estilo literario. Juan Goytisolo en este libro solo usa la coma, como signo de puntuación, no utiliza ninguno más, ni las mayúsculas al comienzo del bloque. Siempre deja un solo espacio para separar bloques de frases. Es un libro para eruditos. A los neófitos les costaría un gran esfuerzo leerlo. No usa guiones en los diálogos, hecho que se presta a confusión para el lector. El texto tiene una sublime riqueza verbal y una bella adjetivación y un vocabulario difícil y rico.

 

Utiliza varias descripciones de la misma acción, pensamiento o cosa. También el autor usa frases vulgares y trilladas por la gente como, “pasar de Guatemala a Guatepeor”. “De tal palo, tal astilla”. Es complicado hablar de la trama del libro o del argumento. Hay guías conductoras a lo largo de todo el libro que relacionan unas escenas con las otras y que son desviaciones de la propia trama, para aludir al mismo tema de otra forma. Todo este maremágnum sume al lector en la confusión durante gran parte de la lectura de la obra. A final y, releyendo lo más importante, es capaz de advertir el juego narrativo hasta participar en el mismo. En esta novela todo gira en torno a aquella casa de salud del comienzo y de las mujeres apestadas y personajes que tienen relación con la historia narrada. El autor cita en su novela a varios personajes históricos lo que demuestra un gran conocimiento de la historia universal y literaria.

Una de las temáticas tratadas en esta novela podría ser la herejía. Otra temática, vinculada a la anterior, sería la epidemia que asola el mundo y que obliga a un voluntario o forzoso aislamiento. La naturaleza de esta epidemia, considerada como el sida, es ambigua: vírica, nuclear, climática o incluso mental, ya que en determinados pasajes la propia epidemia parece equipararse con la heterodoxia, que se extiende también, de unos a otros, a través de la vida misma y, sobre todo, se contagiaría a través de los libros. Aunque no está implícita en el núcleo del texto la referencia a San Juan de la Cruz, aparecen a veces sus versos, lo que puede confundir a todo tipo de lector y al no avezado a la lectura, mucho más.

 

Es muy complicado descifrar la oscuridad de este texto, desentrañar su sentido oculto. En este manual, la novela se aborda desde las premisas indagadoras que han caracterizado la evolución del escritor a lo largo del tiempo. En el libro Reivindicación del conde don Julian el modelo que invoca el autor es Góngora , en Makbara invoca al arcipreste de Hita y en Las virtudes del pájaro solitario, Juan Goytisolo evoca las obras completas de San Juan de la Cruz. En la obra de este autor, Juan Goytisolo forja la estructura de esta novela, la cual constituye un texto movedizo y cambiante, que oscila entre varios niveles referenciales, desde la mística con la poesía sufí, hasta las diversas inquisiciones y dogmatismos totalitarios. Evoca la plaga sagrada con las mujeres afectadas. La gran inventiva verbal del autor, la exuberante riqueza de la palabra, su sentido de la sátira y la ironía, su habilidad para entrelazar variadas texturas estilísticas hace de esta novela un texto importante de la narrativa española actual.          

 

Personajes de la novela: las mujeres apestadas,  recluidas en aquella residencia a las cuales visten de pájaros, cada cual diferente; la Doña, una beata con aires de celestina, que dirige a las mujeres y disimula su vejez; don Blas, miembro del clero, mimado por las mujeres, aureolado de un nimbo flamígero; doña Urraca, la Seminarista, los playeros, la visitante o marquesa—la dama de las plumas—; los cazadores; lo sagrado —materializado en la Virgen, la siempre bienvenida Madre de Dios—; el Visitador; el prisionero…

 

Uno de los protagonistas o una de las variaciones del protagonista, un profesor de árabe, es como San Juan de la Cruz, un lector, traductor y apólogo del Cantar de los Cantares, y por ello ha sido apresado, humillado y torturado por las fuerzas del orden y la ortodoxia —sean estas fuerzas medievales, modernas o contemporáneas; religiosas, laicas, políticas, y siempre totalitarias—.

 

El símbolo del pájaro solitario es de origen místico, haciendo relación a san Juan de las Cruz y a la mística sufí. Tiene tal impacto en este libro el pájaro solitario que la de nombre al mismo.

 

En la corriente mística original, el pájaro simboliza al alma; pero en la novela de Juan Goytisolo el pájaro representa el espíritu heterodoxo, el deseo siempre insatisfecho y siempre reprimido de libertad e independencia crítica e individual. Sea en un tiempo u otro, en un lugar u otro, los pájaros solitarios son retenidos, encarcelados, señalados, destruidos por el sistema, que teme que "contagien" su libertad a otros pájaros de la pajarera. La denominación de pájaro solitario parece referirse a ese profesor de árabe que encarcelan.

 

            El lector de Las virtudes del pájaro solitario se sumerge, por lo tanto, en una experiencia lectora fascinante: en un juego de sugerencias, ambigüedades y confusiones deliberadas que, en su conjunto, construyen un sentido. Si a esto se suma un estilo preciso y poético, como pocos de los que se pueden encontrar en la literatura española del siglo XX, el resultado es una absoluta obra maestra. 


            Juan Goytisolo Gay. (Barcelona, 5 -1-1931 - Marrakech, Marruecos, 4 – 6- 2017). Novelista español.

            Estudia Derecho y en 1956 se instala en París, donde comienza a trabajar como asesor literario de la editorial Gallimard. Entre 1969 y 1975 imparte clases de literatura en universidades de California, Boston y Nueva York, actividad que continúa a lo largo de su vida. Es autor de una extensa y variada obra narrativa y ensayística, prohibida en España por la censura franquista desde 1963. Cultiva géneros como el reportaje, la literatura de viajes o las memorias. Además de su labor estrictamente literaria, Goytisolo es un intelectual influyente, colaborador habitual en prensa y crítico implacable del mundo contemporáneo.

             Sus primeras novelas, inscritas en las tendencias del realismo social de los cincuenta, son Juegos de manos (1954) y Duelo en el paraíso (1955). Tanto en estas primeras obras como en la trilogía formada por El circo (1947), Fiestas (1958) y La resaca (1958), destaca su pensamiento antiburgués, actitud que defendió en el texto Problemas de la novela (1959) y en Campos de Níjar (1960).

             Su segunda etapa se abre con Señas de identidad (1966), donde abandona el realismo de su periodo anterior e incluye nuevas técnicas de la novela moderna. Continúa con la Reivindicación del conde don Julián (1970), novela sobre el exilio, y Juan sin tierra (1975), que concluye con una página en árabe con objeto de poner de manifiesto la ruptura del autor con determinados aspectos de la cultura y la historia de su país. Su interés por el Magreb y la civilización árabe aparece también en los ensayos El problema del Sahara (1979), Crónicas sarracinas (1981) y Estambul otomano (1989), así como en la novela Makbara (1979). El humor y la ironía aparecen en la novela Paisaje después de la batalla (1982) y en la autobiografía Coto vedado (1985), donde ofrece testimonio de sus relaciones con los escritores de la escuela de Barcelona.

             Otras obras suyas son Las virtudes del pájaro solitario (1988), La cuarentena (1991) y Las semanas del jardín (1998). Sus artículos periodísticos fueron recogidos en Disidencias (1977) y en Contracorrientes (1986). Ha recibido distintos reconocimientos internacionales, entre los que destacan el Premio de Ensayo y Poesía Octavio Paz (2002) y el Premio Juan Rulfo (2004).

             En su honor, la biblioteca del Instituto Cervantes de Tánger pasó a llevar su nombre en 2007. Fue galardonado con el Premio Cervantes 2014. Depositó en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes un legado que permanecerá guardado hasta el 5 de enero de 2031.

Fecha de actualización: diciembre de 2017














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