Acerca de mí...

Mi foto
Pegalajar, Jaén, Spain
Gracias por venir a recorrer estos senderos literarios que han brotado de una fontana silenciosa, sedienta de emoción y de calma. Gracias por leer estos poemas, por beber su aliento, por respirar su aroma, por destilar su esencia, por libar su néctar. Sabed que han brotado de un corazón anhelante que sueña con ser luz y ternura, primavera y sueño, calidez y verso. Mientras lo consigo sigo escribiendo, soñando, amando, enseñando, viviendo y cantando a la vida y al amor, al mar y a la tierra, a la tristeza y al llanto, al suspiro de la brisa y al deseo de los espejos, a la melancolía y a la nostalgia. La vida es como un poema que, en unas ocasiones, nos abre las puertas de paraísos ignotos, de hermosas praderas cuajadas de florecillas silvestres, de exóticos jardines, de luminosas estancias donde germinan los sueños y donde se gesta el amor, pero en otras nos aboca al temblor de los fracasos, al dolor de las heridas, al vacío de las ausencias, al llanto de las tormentas, al furor de las ventiscas, al horror de las contiendas y a la tupida oscuridad de una noche sin luceros. Espero que seas feliz mientras bebes agua de los manantiales de la poesía, de las fontanas del verso.

viernes, 1 de agosto de 2025

FRAGMENTO DEL PRÓLOGO DE CONDENADOS AL DRAMA DEL SILENCIO, DE LA ESCRITORA ENCARNA GÓMEZ VALENZUELA A CARGO DE LA AUTORA GLORIA NISTAL ROSIQUE


La acción de Condenados al drama del silencio transcurre en Pegalajar, un pequeño pueblo de la preciosa comarca de Sierra Mágina en la provincia de Jaén.

Algunos de los personajes principales de la primera novela aparecen también como protagonistas de la segunda: Elena, Jorge y Dorita, María, Amador y doña Luisa, Alfonsa y su marido, don Eduardo, el médico. De igual modo otros personajes sin relevancia ya en la segunda novela son citados únicamente al objeto de contextualizar la historia (Clara). Además, aparecen otros que tomarán un gran protagonismo, como: Ángel, Feliciana, Cartucho, Retama y el resto de los huidos a la sierra.

Hay varios aspectos que merece la pena y me gustaría resaltar especialmente de esta obra. El primero de ellos es, desde mi punto de vista, la enorme facilidad con la que se lee la historia. Es necesario confesar aquí que las cerca de cuatrocientas páginas del manuscrito las “devoré” en un fin de semana y la tarde del lunes siguiente. Suelo dedicar los días de diario a las obligaciones que el trabajo me impone y, en todo caso, a tareas diferentes de las del fin de semana. Ese lunes, sin embargo, me faltaban menos de setenta páginas para terminar y dejé otras obligaciones al margen al objeto de acabar  Condenados al drama del silencio”. La historia atrapa, no cabe duda ninguna.