Acerca de mí...

Mi foto
Pegalajar, Jaén, Spain
Gracias por venir a recorrer estos senderos literarios que han brotado de una fontana silenciosa, sedienta de emoción y de calma. Gracias por leer estos poemas, por beber su aliento, por respirar su aroma, por destilar su esencia, por libar su néctar. Sabed que han brotado de un corazón anhelante que sueña con ser luz y ternura, primavera y sueño, calidez y verso. Mientras lo consigo sigo escribiendo, soñando, amando, enseñando, viviendo y cantando a la vida y al amor, al mar y a la tierra, a la tristeza y al llanto, al suspiro de la brisa y al deseo de los espejos, a la melancolía y a la nostalgia. La vida es como un poema que, en unas ocasiones, nos abre las puertas de paraísos ignotos, de hermosas praderas cuajadas de florecillas silvestres, de exóticos jardines, de luminosas estancias donde germinan los sueños y donde se gesta el amor, pero en otras nos aboca al temblor de los fracasos, al dolor de las heridas, al vacío de las ausencias, al llanto de las tormentas, al furor de las ventiscas, al horror de las contiendas y a la tupida oscuridad de una noche sin luceros. Espero que seas feliz mientras bebes agua de los manantiales de la poesía, de las fontanas del verso.

viernes, 12 de septiembre de 2025

MAS DE 220.000 VISITAS EN MI BLOG


Mi blog ha superado las 220.000 visitas. Un número redondo que hay que celebrar. Gracias a todos los que han entrado en mi casa virtual para seguir las noticias culturales, literarias y sociales que cuelgo.

Al verano le quedan pocos días de subsistencia. Hemos pasado muchos calores en los meses del verano, por fin el otoño nos dará una tregua. Y vendrán los días dulces con las uvas y la vendimia. Queda en mis recuerdos infantiles la vendimia en Pegalajar. Mi padre me llevaba a recoger las uvas, luego él las pisaba en el lagar —una habitación pavimentada con cemento con una suave inclinación hacia una rejilla que comunicaba con un pozuelo, que era una orza incrustada en el suelo—. De esta manera sencilla y ancestral se exprimían las uvas y se sacaba el mosto, tan dulce como la miel. Después fermentaba en los toneles y se convertía en el exquisito vino del país. Mucho trabajo y esfuerzo para lograr algo, en aquella época, pero unas experiencias muy importantes para una niña que lo miraba todo con ojos curiosos. Para celebrar las visitas, cuelgo estas fotos.







No hay comentarios:

Publicar un comentario