La mañana de mi dolor será un verso blanco,
o un pájaro negro en la noche oscura,
un
poema de melancolía que desdibujará las lágrimas
que
recorren los cauces de mis mejillas.
tupida
terminal de todos mis sueños,
labios
encendidos de tinieblas que, audazmente,
desaguan los cielos de la inocencia.
También
yo me marcharé algún día en ese
tren de negra noche y negaré los luceros del alba
en
la senda que adormece el tafetán de mis anhelos.
en esas sombrías telarañas que nos acerca la soledad.
Es
inútil mentir la noche del lagrimal en la vía de ese
tren que jamás nos traerá a la sangre del corazón los abrazos
y los besos que nunca pudimos dar a quienes amamos tanto.
Las
caricias que, como rosas marchitas, se afligieron
en el lejano jardín de nuestros mezquinos dedos.
Es
noche cerrada, sin luz de luna ni estrellas.
Recluidos en la oscuridad de esta desolada alcoba,
nuestros sueños se disipan, lentamente,
sin encontrar el amor, ni la dicha en nuestra espera
como una luz encendida en las tinieblas.
Precioso poema lñle3no de melancolía. Me ha encantado.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sublime
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