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Pegalajar, Jaén, Spain
Gracias por venir a recorrer estos senderos literarios que han brotado de una fontana silenciosa, sedienta de emoción y de calma. Gracias por leer estos poemas, por beber su aliento, por respirar su aroma, por destilar su esencia, por libar su néctar. Sabed que han brotado de un corazón anhelante que sueña con ser luz y ternura, primavera y sueño, calidez y verso. Mientras lo consigo sigo escribiendo, soñando, amando, enseñando, viviendo y cantando a la vida y al amor, al mar y a la tierra, a la tristeza y al llanto, al suspiro de la brisa y al deseo de los espejos, a la melancolía y a la nostalgia. La vida es como un poema que, en unas ocasiones, nos abre las puertas de paraísos ignotos, de hermosas praderas cuajadas de florecillas silvestres, de exóticos jardines, de luminosas estancias donde germinan los sueños y donde se gesta el amor, pero en otras nos aboca al temblor de los fracasos, al dolor de las heridas, al vacío de las ausencias, al llanto de las tormentas, al furor de las ventiscas, al horror de las contiendas y a la tupida oscuridad de una noche sin luceros. Espero que seas feliz mientras bebes agua de los manantiales de la poesía, de las fontanas del verso.

lunes, 22 de noviembre de 2021

LA LLUVIA SALTA AL CAER

 


La lluvia salta al caer sobre la tierra

y deja escapar su aliento y su risa zalamera.

Llueve sobre los campos sedientos,

llueve sobe mi pecho desnudo y seco,

por tantos días de sequía pertinaz.

El agua forma canales y surcos y se derrama

sedosa y versátil sobre la piel de mi cuerpo.

Forma charcos y lagunas y sutiles manantiales,

limpias riadas de plata y arroyos embravecidos.

Y las plantas satisfechas y felices,

con su vientre humedecido y generoso,

entonan dulces canciones, que suenan entre la niebla

y alimentan los amores somnolientos.

 

Huele a humedad en los jardines del tiempo.

a semillas fecundadas, silenciosas,

al coito entre cielo y tierra.

La lluvia es una canción al día.

un rosario de sonetos a la vida.

La lluvia cae vertiginosa, con suspiros

y lisonjas. Se detiene en los tejados, bota

y juega al colache y a la comba.

Vibra con las canciones del viento.   

para empañar los espejos de los mares y los ríos.

 

La lluvia es un poema de amor, de sutileza

que desata las pasiones, los deseos

y acrecienta las ansias de posesión,

en el cuerpo del amado, en la piel de las estrellas.

Y enaltece las miradas de quienes aman la vida.

La lluvia es el sonido alegre,

de las trompetas del aire,

de los trombones del cielo.

La lluvia se enreda en mi corazón

con jubilosos espasmos de locura y alegría

y va anegando mi alma con sus cantarinas aguas.

Con furia, rebota en el asfalto de las urbes,

anunciando su coraje y el desgarro de las nubes.

 

Gracias a Dios por la lluvia, por esa agua preciosa

que regala pan y leche, miel y óleo dorado,

y amamanta las semillas de esta tierra

para que coman los pobres.

 

En CasaRosada, a 22 de noviembre de 2021















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