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Pegalajar, Jaén, Spain
Gracias por venir a recorrer estos senderos literarios que han brotado de una fontana silenciosa, sedienta de emoción y de calma. Gracias por leer estos poemas, por beber su aliento, por respirar su aroma, por destilar su esencia, por libar su néctar. Sabed que han brotado de un corazón anhelante que sueña con ser luz y ternura, primavera y sueño, calidez y verso. Mientras lo consigo sigo escribiendo, soñando, amando, enseñando, viviendo y cantando a la vida y al amor, al mar y a la tierra, a la tristeza y al llanto, al suspiro de la brisa y al deseo de los espejos, a la melancolía y a la nostalgia. La vida es como un poema que, en unas ocasiones, nos abre las puertas de paraísos ignotos, de hermosas praderas cuajadas de florecillas silvestres, de exóticos jardines, de luminosas estancias donde germinan los sueños y donde se gesta el amor, pero en otras nos aboca al temblor de los fracasos, al dolor de las heridas, al vacío de las ausencias, al llanto de las tormentas, al furor de las ventiscas, al horror de las contiendas y a la tupida oscuridad de una noche sin luceros. Espero que seas feliz mientras bebes agua de los manantiales de la poesía, de las fontanas del verso.

jueves, 18 de noviembre de 2021

RESEÑA DE LA NOVELA CORTA “AURA” DEL ESCRITOR CARLOS FUENTES A CARGO DE LA AUTORA ENCARNA GÓMEZ VALENZUELA.

 


Aura es una novela corta emocionante, narrada en segunda persona. Es como si en receptor de la obra, el narratario, el propio lector, fuera el protagonista. En la misma suceden hechos extraños y en la que los personajes se ven enredados en una tela de araña, que al principio se muestra tan sutil, vaga y vaporosa que llena a los protagonistas de voluptuosidad y deseos íntimos de posesión y de pertenencia.


 Los tres protagonistas de esta novela son: un joven historiador, ordenado, escrupuloso, capaz de desempeñar labores de secretariado y conocedor de la lengua francesa; una muchacha fantasmal, silenciosa y escurridiza, con unos preciosos ojos verdes de mar y espuma, como una ola, y una anciana centenaria, arrugada como una pasa, caprichosa, enigmática, egoísta y manipuladora. Los tres viven en una mansión oscura, húmeda y tenebrosa, alumbrada con velas, donde todo es confusión y misterio, soledad y orden caótico.  Aura es una novela muy corta, macabra, emocionante y perfecta, penetrada por un erotismo fantástico y fúnebre que desemboca imperceptiblemente en el horror y en el espanto. Tiene un final sorpresivo, que vas vislumbrando poco a poco, pero sin llegar nunca a desenmascararlo del todo.

Su autor, el mexicano Carlos Fuentes, (1928) es una figura destacada del gran movimiento renovador de la literatura en castellano que tuvo su auge en Hispanoamérica, en las décadas de 1950 y 1960. Ha recibido, entre otros, el Premio Nacional de Literatura de México en 1984, y el Premio Miguel de Cervantes de Literatura en 1987.


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Uno de los escritos más trepidantes de Carlos Fuentes vuelve a ser publicado, tras dos décadas inédito en España. Desde las primeras líneas, el lector es absorbido por la narración en segunda persona: juego de espejos que lo mimetiza con el personaje de esta historia vertiginosa, y lo sumerge en una atmósfera inquietante y misteriosa, un Aura poblada por sombras ambiguas y silencios enmohecidos. Recorrerá los cautivadores ambientes de una vieja casona, de un fantástico jardín, con pasos ahogados, que dibujarán la silueta aviesa de un laberinto elevado por encima de toda linealidad temporal. Este tiempo bífido es una de las formas en que se expresa la constante dualidad que late en la nouvelle. La figura del doble irrumpe desde cada uno de los simbolismos que conforman los ejes de este particular espacio vital y se extiende hacia el lector, convocándolo al lugar de actor en este singular escenario. Tal y como puntualiza la poeta y ensayista María Negroni en el epílogo de esta edición, «Aura quiere decir «luz», «halo», pero también «ave rapaz»». En efecto, un filo binar recorre la obra: en cada hoja acerada lo ominoso y lo familiar se alternan en un trenzado que, paulatinamente, desdibuja sus fronteras. En el esplendor se insinúa lo luctuoso; en el centro de la lozanía reverbera la purulencia de la decrepitud. 

 OPINIÓN

Una casa antigua siempre en noche forzada, con un jardín perfumado y oscuro, una anciana y una joven de belleza cegadora, un hombre y una tarea para él simple, completar las memorias del difunto marido de la anciana.

Una nouvellete que su autor escribió del tirón en 1962, influido por el film Cuentos de la Luna pálida, de Kenji Mizoguchi, y el relato Décoré, de Guy de Maupassant.

Estamos ante una historia de escenas perturbadas, plenas de deseo e imágenes retorcidas, como en una pesadilla ebria, su protagonista se pasea bajo el influjo de unos ojos verdes y una historia que desea creer hasta descubrir la verdad. Una nueva casa encantada en la que el tiempo y los dobles tienen una gran importancia. Las ilustraciones de Alejandra Acosta te acompañan, susurran e insinúan, seduciendo al lector hasta el punto de dejarte vencer también por la mirada de Aura.

Recomendada a los que disfruten de los relatos de terror gótico y a quienes deseen conocer un cuento oscuro que devorarás de un tirón.

Isabel del Río

Septiembre 2020

 

 






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