LOS VIENTRES DE ALQUILER O GESTACIÓN SUBROGADA
Con la reciente maternidad de Ana Obregón ha saltado a la
palestra el tema de la gestación subrogada o los vientres de alquiler y ha
surgido la polémica. Desde los comienzos de esta práctica, como un acto
comercial, se han originado fuertes querellas éticas, legales y sociales.
Dicen que el semen, con el que han fecundado el óvulo,
pertenece al hijo fallecido de Ana Obregón, Aless, por lo que esa niña, adoptada por la actriz, además de hija, será nieta. Para esta mujer tener esta nena
es como una prolongación del hijo perdido y algo maravilloso. La bebé que ha
adoptado Ana nació el 20 del pasado marzo en un hospital de Miami, pesó tres
kilos y medio y es una niña sana. Aunque hay muchos problemas detrás de todo
esto.
En España están prohibidos los vientres de alquiler, pero
hay varios países en los que no lo están. Por esta causa, la familia que tenga
dinero puede viajar a uno de esos países, alquilar un vientre y tener un hijo,
aunque ya no estén los cónyuges en edad de procrear. Recurrimos al refrán
«Poderoso caballero es don dinero» y darlo, por cierto. Con plata se puede ir a
todos los sitios y tenerlo todo, hasta comprar lo más sagrado: un hijo.
Del origen del óvulo que ha proporcionado la hijita a Ana
Obregón no se ha dicho nada. Parece ser que pertenece a una donante anónima o
que fue comprado en alguna clínica que se dedica a este comercio. Otro detalle
que ha llamado la atención ha sido el hecho de que la Obregón haya salido en
silla de ruedas con la niña en los brazos de la clínica en la cual había
alumbrado la mujer que gestó al bebé durante nueve meses. Ignoramos si ha sido
un recurso de la actriz o pertenece al protocolo del centro sanitario, pero ha
llamado mucho la atención. La mujer que ha parido, suponemos que habrá tenido
que salir a pie, puesto que no llevaba bebé en brazos.
Seguimos con el tema de Ana Obregón. Esta debe de haberse
gastado una buena pasta en el alquiler de ese vientre femenino, pero ese dinero
lo ha recuperado. La actriz ha vendido la exclusiva de esa maternidad tardía a la
revista “Hola” y esta ha debido de pagarle un pastón por la misma. Así resulta
que el alquiler de ese vientre y la adquisición del óvulo puede haberle salido
gratis a la señora. Y el dinero gastado por esa revista para comprar la
exclusiva de la Obregón, tampoco va a pagarlo esa editorial, sino los
compradores de semejante revista. Ahora surge otra polémica: ¿Cómo puede ser la
gente tan necia de pagar con sus ahorros la maternidad de esta señora? ¿Por qué
somos —metámonos todos y sálvese quien pueda— tan cotillas, y queremos
enterarnos de lo que no nos atañe, pagando con nuestro dinero los caprichos de
los famosos?
Si nuestros antepasados abrieran
los ojos y vieran lo que está sucediendo, no sabemos cómo reaccionarían ante
los múltiples avances de la ciencia y el aprovechamiento de estos por los
potentados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario