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Pegalajar, Jaén, Spain
Gracias por venir a recorrer estos senderos literarios que han brotado de una fontana silenciosa, sedienta de emoción y de calma. Gracias por leer estos poemas, por beber su aliento, por respirar su aroma, por destilar su esencia, por libar su néctar. Sabed que han brotado de un corazón anhelante que sueña con ser luz y ternura, primavera y sueño, calidez y verso. Mientras lo consigo sigo escribiendo, soñando, amando, enseñando, viviendo y cantando a la vida y al amor, al mar y a la tierra, a la tristeza y al llanto, al suspiro de la brisa y al deseo de los espejos, a la melancolía y a la nostalgia. La vida es como un poema que, en unas ocasiones, nos abre las puertas de paraísos ignotos, de hermosas praderas cuajadas de florecillas silvestres, de exóticos jardines, de luminosas estancias donde germinan los sueños y donde se gesta el amor, pero en otras nos aboca al temblor de los fracasos, al dolor de las heridas, al vacío de las ausencias, al llanto de las tormentas, al furor de las ventiscas, al horror de las contiendas y a la tupida oscuridad de una noche sin luceros. Espero que seas feliz mientras bebes agua de los manantiales de la poesía, de las fontanas del verso.

domingo, 16 de junio de 2024

EL EXCESIVO CONSUMISMO HUMANO

 

  

Este es el artículo de mi autoría publicado en el periódico IDEAL SIERRA MÁGINA, para el mes de junio de 2024. En mi blog lo cuelgo en letra grande para que podáis leerlo. 

EL EXCESIVO CONSUMISMO HUMANO      Palabras 516

Para la supervivencia, los seres humanos necesitamos consumir varios productos —unos vitales y otros no— como: alimentos, bebidas, ropas, calzado, vehículos, electrodomésticos y un largo etc. Nos preguntamos: ¿podríamos vivir sin consumir tanto? Recordemos nuestra infancia, en la que reciclábamos mucho y no necesitábamos tanto. Muchas familias tenían huertos y pasaban el verano y parte del otoño subsistiendo a costa de los frutos hortícolas. También criaban animales en los corrales: conejos para comer carne,  gallinas para tener huevos, cerdos para sacrificar y hacer una buena matanza y otros. A estos animales los alimentaban con hierbas del campo y con las sobras de las comidas.

 

            En la actualidad, sabemos que esta forma de vivir es poco factible, puesto que todos llevamos un tren de vida, acorde con los tiempos, que nos resultaría muy difícil abandonar. ¿Podríamos ensayar otras formas de vida? Se tira demasiada comida. En los hogares se aprovecha algo. Tenemos frigoríficos y podemos guardar los alimentos de un día para otro y no tirar la comida sobrante. Y con los congeladores, podemos guardar los alimentos durante muchos días, sin exceder el tiempo de conservación. Pero en los hoteles, restaurantes, bares, hospitales, comedores escolares y residencias se desperdicia mucho, unas veces porque no gusta a los comensales y otras porque se hace en exceso y nadie quiere aprovecharla porque ya ha sido servida en los platos y rechazada. En las celebraciones de bodas, y otros eventos se pone demasiada comida y después no se aprovecha. Estas acciones, cuando hay tanta hambre en el mundo, nos hieren el alma.     

 

            Los entendidos en el tema aseguran que el consumo excesivo de carne convertiría el campo en espacios solo para alimentar a la ganadería. Aparte de los perjuicios que produciría en nuestro organismo un exceso de productos cárnicos. Hay proteínas de origen vegetal que son también muy beneficiosas para nuestro cuerpo y no perjudicaríamos tanto el planeta Tierra. También están los pescados, que poseen unas proteínas excelentes. Aunque con el paso del tiempo, los mares se están convirtiendo en basureros llenos de residuos y plásticos. Si no reciclamos, los pescados, con los que nos alimentemos, también estarán contaminados y serán perjudiciales para nuestra salud.

 

            Tomemos el tema de las ropas y el calzado. También en el vestuario se derrocha mucho. Encontramos prendas de vestir, en buen estado, arrojadas a los basureros. Pensemos que la vestimenta se puede reciclar, arreglar a la moda, y no dejar de usarla tan pronto, para no tener un consumo excesivo de las fibras necesarias para confeccionarla.

 

            Nos hemos convertido en una sociedad de consumo, en la que los productos necesarios para la subsistencia se fabrican con materiales efímeros, para ser desechables en poco tiempo. Se dice que los electrodomésticos tienen fecha de caducidad, porque los materiales con que están fabricados son de baja calidad, y en breve son inservibles y los encontraremos abandonados en lugares inverosímiles. 

            Tiene que existir un buen equilibrio entre lo que se produce y se consume. No consumamos más de lo necesario y concienciémonos de que si vivimos derrochando, acabaremos pronto con las reservas de materias primas del planeta Tierra.

 





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