Mi blog ha
superado las 223.000 visitas. Un buen número que hay que celebrar. Gracias a
todos los que han entrado en mi casa virtual para seguir las noticias
culturales, literarias y sociales que cuelgo.
Ya nos ha
llegado el otoño. Cuelgo este poema dedicado al mismo.
BALADA DE OTOÑO
Una balada en otoño, que plácida y silenciosa
se arremolina en mi alma para llorar las ausencias.
Melodía de los pianos del aire. Cítaras que el viento
mece.
El harpa, herida de amor, gime cerca de mi corazón.
Una rosa de pasión me ha clavado sus espinas.
Febril, la luna se escinde en dos mitades simétricas,
teñida de luz de plata y escarcha en el lagrimal.
Es el ocaso que llama en la aldaba de mi puerta.
Las lágrimas del cristal, atrapadas en los espejos del
tiempo,
recorren las veredas de mi pecho.
Una balada de otoño, un verso triste de melancolía
Como un poema dormido en el regazo del agua.
Los surcos del amor se vuelven herida,
llanto lastimero, como música y crisol
que rebosan las fronteras del corazón de la tarde.
Una balada de otoño como una danza de esquirlas
de sol o de blanca luna en noche de plenilunio.
Doradas hojas que el viento mece,
la esperanza de una nueva primavera
se dibuja en las flores del almendro.
Cuando invierno se marchite en la enramada del tiempo
florecerán los olivos y la hiedra anillará su aureola
de esperanza
en los soleados valles del mes de marzo.
Llueve sobre los tejados,
sobre el asfalto de los pesares, llueve.
La lluvia es como un suspiro que sale del corazón
y se estanca en la garganta.
La lluvia es una canción silente,
que da aliento y esperanza a los valles de mi piel.
Las vides han derramado su miel en los lagares de
otoño.
Luego la lluvia sutil, frágil como este poema
se desgaja en racimos de templanza.
Es el otoño que entona su canción de lluvia y viento.
Nostalgia en el corazón, melancolía en el alma
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