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Pegalajar, Jaén, Spain
Gracias por venir a recorrer estos senderos literarios que han brotado de una fontana silenciosa, sedienta de emoción y de calma. Gracias por leer estos poemas, por beber su aliento, por respirar su aroma, por destilar su esencia, por libar su néctar. Sabed que han brotado de un corazón anhelante que sueña con ser luz y ternura, primavera y sueño, calidez y verso. Mientras lo consigo sigo escribiendo, soñando, amando, enseñando, viviendo y cantando a la vida y al amor, al mar y a la tierra, a la tristeza y al llanto, al suspiro de la brisa y al deseo de los espejos, a la melancolía y a la nostalgia. La vida es como un poema que, en unas ocasiones, nos abre las puertas de paraísos ignotos, de hermosas praderas cuajadas de florecillas silvestres, de exóticos jardines, de luminosas estancias donde germinan los sueños y donde se gesta el amor, pero en otras nos aboca al temblor de los fracasos, al dolor de las heridas, al vacío de las ausencias, al llanto de las tormentas, al furor de las ventiscas, al horror de las contiendas y a la tupida oscuridad de una noche sin luceros. Espero que seas feliz mientras bebes agua de los manantiales de la poesía, de las fontanas del verso.

sábado, 7 de febrero de 2015

CANTO A SIERRA MORENA. III ANTOLOGÍA DE POETAS DE SIERRA MORENA


 
El sol de Sierra Morena teje poemas en el aire,

que son deslumbrantes rosas,

versos de amor que dan calor a la tarde

como vespertinos fuegos que alumbran el crepúsculo.

Las estrellas se perfilan en la túrbida  distancia

del tiempo cerril de los aguaceros.

El cielo se oscurece lentamente.

Sierra Morena es un lamento sumergido para llorar en silencio.

 

En sus cumbres, la luna enamorada, dibuja una camelia.

La guardiana de la oscuridad indaga en los secretos de alcoba.

Rendida a tu belleza la timidez de mis dedos

roza suavemente tu perfumada estela ansiando con vehemencia

besar la lívida angostura de tu corola.

El viento, ajeno al temporal esquivo de la noche,

                                       corona su pecho con un collar de amatistas.

                            Y yo, sentada en el alféizar de mi ventana, trato de respirar       

                            el aire acaramelado que cabe dentro de un suspiro.

 

Tu latido es corazón, tu horizonte, golondrina

y el paisaje de pinares es encaje de esperanza.

Llévame hasta tu cima, llévame,

prisionera seré tuya, encadenada a la blonda

                                                                       de tus ardorosas crestas.

Este poema está publicado en la III ANTOLOGÍA DE POETAS DE SIERRA MORENA.
Fotos del III Encuentro de Poetas de Sierra Morena.     Diciembre de 2014











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