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Pegalajar, Jaén, Spain
Gracias por venir a recorrer estos senderos literarios que han brotado de una fontana silenciosa, sedienta de emoción y de calma. Gracias por leer estos poemas, por beber su aliento, por respirar su aroma, por destilar su esencia, por libar su néctar. Sabed que han brotado de un corazón anhelante que sueña con ser luz y ternura, primavera y sueño, calidez y verso. Mientras lo consigo sigo escribiendo, soñando, amando, enseñando, viviendo y cantando a la vida y al amor, al mar y a la tierra, a la tristeza y al llanto, al suspiro de la brisa y al deseo de los espejos, a la melancolía y a la nostalgia. La vida es como un poema que, en unas ocasiones, nos abre las puertas de paraísos ignotos, de hermosas praderas cuajadas de florecillas silvestres, de exóticos jardines, de luminosas estancias donde germinan los sueños y donde se gesta el amor, pero en otras nos aboca al temblor de los fracasos, al dolor de las heridas, al vacío de las ausencias, al llanto de las tormentas, al furor de las ventiscas, al horror de las contiendas y a la tupida oscuridad de una noche sin luceros. Espero que seas feliz mientras bebes agua de los manantiales de la poesía, de las fontanas del verso.

martes, 3 de diciembre de 2019

ME GUSTA CUANDO HABLAS

                                             
 
                                                                                                   Me gusta cuando callas porque
                                                                                                                                         estás como ausente (Pablo Neruda)
 Me gusta cuando hablas porque irradias presencia,
                         me miras tan de cerca que mi alma se ensancha.
                         Es como si en tus ojos la luz se hubiera roto
                         en ondas poderosas y en olas de templanza.


Es como si en tu boca jugaran las palomas.
Es como si tus labios bebieran de la tarde,
libando transparencia de las rosas tempranas,
de los soles silentes que secuestran el aire.

Me gusta cuando hablas porque ríes alegre,
tu voz suena despacio como música sacra.
Se derrama en mi pecho, va ascendiendo liviana
y se enreda en mi oído como un sueño en el alma.

Cuántas cosas me dices con la miel en los labios,
cuántos arcos verbales tejes con tus palabras
que perfilan tu anhelo, que dibujan tu boca
con los labios jugosos como ramos de albahaca.

Me gusta cuando hablas en murmullos suaves,
en susurros candentes como las amapolas,
en vellones de flores, en rosarios de frases,
como risas perladas que despiertan la aurora.
  
Eres un aluvión de palabras fruncidas
que entona melodías en las tardes de estío,
que acuna los amores, despierta las sonrisas
y amamanta en sus pechos tu cariño y el mío.

ENCARNA GÓMEZ VALENZUELA, PEGALAJAR 

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