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Pegalajar, Jaén, Spain
Gracias por venir a recorrer estos senderos literarios que han brotado de una fontana silenciosa, sedienta de emoción y de calma. Gracias por leer estos poemas, por beber su aliento, por respirar su aroma, por destilar su esencia, por libar su néctar. Sabed que han brotado de un corazón anhelante que sueña con ser luz y ternura, primavera y sueño, calidez y verso. Mientras lo consigo sigo escribiendo, soñando, amando, enseñando, viviendo y cantando a la vida y al amor, al mar y a la tierra, a la tristeza y al llanto, al suspiro de la brisa y al deseo de los espejos, a la melancolía y a la nostalgia. La vida es como un poema que, en unas ocasiones, nos abre las puertas de paraísos ignotos, de hermosas praderas cuajadas de florecillas silvestres, de exóticos jardines, de luminosas estancias donde germinan los sueños y donde se gesta el amor, pero en otras nos aboca al temblor de los fracasos, al dolor de las heridas, al vacío de las ausencias, al llanto de las tormentas, al furor de las ventiscas, al horror de las contiendas y a la tupida oscuridad de una noche sin luceros. Espero que seas feliz mientras bebes agua de los manantiales de la poesía, de las fontanas del verso.

miércoles, 29 de marzo de 2023

LA PRIMAVERA HA LLEGADO


 Bajo un cielo azul turquesa,

las nubes van ascendiendo,

fieles a sus horizontes,

y se expanden jubilosas

sobre las casas del pueblo,

sin dejarnos sus lágrimas de esperanza,

ni sus cristales diáfanos,

en las cornisas del aire.

 

Los pajarillos

revolotean alrededor de sus nidos,

y entonan felices trinos,

dando gracias a la vida.

Las mariposas

se van posando en las flores,

nos ofrecen su belleza,

y su alegre colorido,

sus más sutiles primores.

 

El cielo

es un cántico de amor,

que acaricia el alma mía.

Entre azules y sedosos días

de crudo invierno,

o de hermosa primavera,

me lanza un sutil “te quiero”.

En un ardiente fervor,

de pasión, amor y celos,

entrega mi corazón

sus más fervientes misterios.

 

Los aromas se perfilan

en la rosa de los vientos,

que feliz, su amor impulsa.

Y los quereres se enlazan

con la punta de los dedos.

Un viento suave y alado,

sopla desde las montañas

y acaricia con dulzura,

la cinta de mis pestañas.


En una noche sin fin,

en ese cielo estrellado,

cabalga mi amor a lomos

de algún caballito alado.

Volar con él por el aire.

Vivir, amar y sentir

los bostezos de la vida

en un valle de nostalgia, 

en el centro visceral

de los jardines del alma.












 

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