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Pegalajar, Jaén, Spain
Gracias por venir a recorrer estos senderos literarios que han brotado de una fontana silenciosa, sedienta de emoción y de calma. Gracias por leer estos poemas, por beber su aliento, por respirar su aroma, por destilar su esencia, por libar su néctar. Sabed que han brotado de un corazón anhelante que sueña con ser luz y ternura, primavera y sueño, calidez y verso. Mientras lo consigo sigo escribiendo, soñando, amando, enseñando, viviendo y cantando a la vida y al amor, al mar y a la tierra, a la tristeza y al llanto, al suspiro de la brisa y al deseo de los espejos, a la melancolía y a la nostalgia. La vida es como un poema que, en unas ocasiones, nos abre las puertas de paraísos ignotos, de hermosas praderas cuajadas de florecillas silvestres, de exóticos jardines, de luminosas estancias donde germinan los sueños y donde se gesta el amor, pero en otras nos aboca al temblor de los fracasos, al dolor de las heridas, al vacío de las ausencias, al llanto de las tormentas, al furor de las ventiscas, al horror de las contiendas y a la tupida oscuridad de una noche sin luceros. Espero que seas feliz mientras bebes agua de los manantiales de la poesía, de las fontanas del verso.

domingo, 6 de agosto de 2023

EL SOL DE PEGALAJAR. POEMA DEDICADO A MI PUEBLO Y A LA VIRGEN DE LAS NIEVES Y PUBLICADO EN EL PROGRAMA DE FESTEJOS DE 2023


El sol de Pegalajar teje aromas en el aire dulce

 de esta luminosa tarde de estío,

 que son olorosas flores, jazmines, rosas y lirios

 poemas de amor que dan calor al ocaso.

 

 Y, como vespertinos fuegos artificiales

 que alumbran la noche festiva de mi pueblo,

 brillarán en su cielo cuando terminen las fiestas,

 ciñéndose al corazón de todos sus habitantes.

 

 Pegalajar es un suspiro que venera a su patrona,

 nuestra Virgen de las Nieves y la aplaude

 cuando recorre sus calles a hombros de devotos costaleros

 y de jóvenes mujeres que la llevan con emoción y cariño.

 

 En las alturas, la luna, con su blanca placidez, suspira

 y los luceros brillan, enamorados de esa Virgen soberana.

 Las estrellas se perfilan en la distancia del cielo,

 suavemente oscurecido por las olas de la noche.

 

 Rendida a tu hermosura y humildad, madre,

 la timidez de mis dedos roza suavemente tu manto

 perfumado por esas lozanas flores que adornan tu trono

 y que llenan tu paso de delicadas fragancias estelares

 ansiando con vehemencia besar el peso liviano de tu corona.

 

 Encarna Gómez Valenzuela 


  





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