Acerca de mí...

Mi foto
Pegalajar, Jaén, Spain
Gracias por venir a recorrer estos senderos literarios que han brotado de una fontana silenciosa, sedienta de emoción y de calma. Gracias por leer estos poemas, por beber su aliento, por respirar su aroma, por destilar su esencia, por libar su néctar. Sabed que han brotado de un corazón anhelante que sueña con ser luz y ternura, primavera y sueño, calidez y verso. Mientras lo consigo sigo escribiendo, soñando, amando, enseñando, viviendo y cantando a la vida y al amor, al mar y a la tierra, a la tristeza y al llanto, al suspiro de la brisa y al deseo de los espejos, a la melancolía y a la nostalgia. La vida es como un poema que, en unas ocasiones, nos abre las puertas de paraísos ignotos, de hermosas praderas cuajadas de florecillas silvestres, de exóticos jardines, de luminosas estancias donde germinan los sueños y donde se gesta el amor, pero en otras nos aboca al temblor de los fracasos, al dolor de las heridas, al vacío de las ausencias, al llanto de las tormentas, al furor de las ventiscas, al horror de las contiendas y a la tupida oscuridad de una noche sin luceros. Espero que seas feliz mientras bebes agua de los manantiales de la poesía, de las fontanas del verso.

jueves, 9 de diciembre de 2021

LAS MUJERES Y LA LITERATURA

 Este es el artículo de mi autoría publicado en el periódico IDEAL SIERRA MÁGINA, para el mes de diciembre de 2021. Abajo lo cuelgo en letra grande para que podáis leerlo.


LAS MUJERES Y LA LITERATURA   

En tiempos pasados, la literatura era cosa de varones. Resultaba impensable que una mujer pudiera tener inteligencia, sagacidad, iniciativa, talento, razón, agudeza y otra serie de características, consideradas solo patrimonio del varón. Además, las editoriales hacían todo lo posible por no publicarles a las mujeres. Por eso, las señoras que escribían lo hacían usando nombre masculino.

A través del tiempo, hemos visto cómo se ha rechazado la naturaleza femenina. No se ha creído que las mujeres pudieran ser personas abiertas a la creación artística. Tampoco podían hacer sombra al varón.

En la actualidad, las cosas han cambiado y las mujeres escritoras somos aceptadas en el mundo literario.

En tiempos pasados, había bastantes mujeres que escribieron con nombre de varón para poder publicar sus obras y ser aceptadas por los lectores. Entre ellas están:

George Eliot, encubría a la escritora Mary Anne Evans, periodista, poeta y autora. Su primera novela Adam Bede fue publicada en 1859. En 1874, publicó Middlermarch, una obra muy famosa en la literatura inglesa de la época victoriana.

Nelle Harper Lee es una estadounidense que creció en la década de 1930. Esta autora publicó solo dos libros, pero uno de ellos Matar un ruiseñor, está considerada una de las obras más importantes de ese país. Utilizó Harper para firmar sus obras.

Alice Bradley Sheldon es reconocida como una de las escritoras de ciencia ficción más famosas de la época. Usó el seudónimo James Tiptree.

Las tres hermanas Brontë: Charlotte Brontë, bajo el seudónimo de Currer Bell, escribió Jane Eyre. Emily Brontë, utilizó el nombre de Ellis Bell para publicar Cumbres borrascosas y Anne Brontë, firmó como Acton el libro Agnes Grey. Las tres utilizaron sus iniciales para inventar sus alias.

George Sand, cuyo nombre era Amantine Lucile Aurore Dupin. Después de divorciarse y mudarse a París, utilizó ropa masculina, así pudo caminar por las calles en libertad y tener acceso a lugares prohibidos para las mujeres. Entabló amistad con Víctor Hugo, Voltaire y Julio Berne. Fue autora de muchas novelas, obras de teatro y columnas de opinión.

Isak Dinesen, la escritora danesa Karen Blixen, candidata al Premio Nobel de Literatura, en dos ocasiones. Publicó Siete cuentos góticos. Vivió varios años en Kenia. Su experiencia en este país inspiró su novela más recordada, Memorias de África.  

Fernán Caballero fue el seudónimo empleado por Cecilia Böhl de Faber. Esta escritora cultivó un costumbrismo pintoresco. Su obra afronta la defensa de los valores tradicionales, la monarquía y el catolicismo.

Ahora, aprovechando que las mujeres son aceptadas como literatas, tres escritores adoptan un nombre femenino como seudónimo, Carmen Mola. Ya llevan varios años haciéndolo. Se han inventado una mujer con una biografía, que tiene familia e hijos, para esconderse en ella. Y sin más, ganan el premio Planeta. ¿Por qué se ocultan tras un nombre de mujer si nosotras somos peor tratadas en el mundo literario? Sus libros se han retirado de las librerías femeninas.

En el tema de la mujer, parece ser que las cosas están cambiando. No sabemos hasta dónde llegarán esos cambios. El tiempo nos lo dirá.

 

 


No hay comentarios:

Publicar un comentario