Este es el artículo de mi autoría publicado en el periódico IDEAL SIERRA MÁGINA, para el mes de diciembre de 2021. Abajo lo cuelgo en letra grande para que podáis leerlo.
LAS MUJERES Y LA
LITERATURA
En tiempos pasados, la
literatura era cosa de varones. Resultaba impensable que una mujer pudiera
tener inteligencia, sagacidad, iniciativa, talento, razón, agudeza y otra serie
de características, consideradas solo patrimonio del varón. Además, las
editoriales hacían todo lo posible por no publicarles a las mujeres. Por eso,
las señoras que escribían lo hacían usando nombre masculino.
A través del tiempo,
hemos visto cómo se ha rechazado la naturaleza femenina. No se ha creído que
las mujeres pudieran ser personas abiertas a la creación artística. Tampoco
podían hacer sombra al varón.
En la actualidad, las
cosas han cambiado y las mujeres escritoras somos aceptadas en el mundo
literario.
En tiempos pasados, había
bastantes mujeres que escribieron con nombre de varón para poder publicar sus
obras y ser aceptadas por los lectores. Entre ellas están:
George Eliot, encubría
a la escritora Mary Anne Evans, periodista, poeta y autora. Su primera novela Adam
Bede fue publicada en 1859. En 1874, publicó Middlermarch, una obra muy
famosa en la literatura inglesa de la época victoriana.
Nelle Harper Lee es una
estadounidense que creció en la década de 1930. Esta autora publicó solo dos
libros, pero uno de ellos Matar un ruiseñor, está considerada una de las
obras más importantes de ese país. Utilizó Harper para firmar sus obras.
Alice Bradley Sheldon es
reconocida como una de las escritoras de ciencia ficción más famosas de la
época. Usó el seudónimo James Tiptree.
Las tres hermanas Brontë: Charlotte Brontë, bajo el seudónimo de Currer
Bell, escribió Jane Eyre. Emily Brontë, utilizó el nombre de Ellis Bell
para publicar Cumbres borrascosas y Anne Brontë, firmó como Acton el
libro Agnes Grey. Las tres utilizaron sus iniciales para inventar sus
alias.
George Sand, cuyo nombre
era Amantine Lucile Aurore Dupin. Después de divorciarse y mudarse a París,
utilizó ropa masculina, así pudo caminar por las calles en libertad y tener
acceso a lugares prohibidos para las mujeres. Entabló amistad con Víctor Hugo,
Voltaire y Julio Berne. Fue autora de muchas novelas, obras de teatro y
columnas de opinión.
Isak Dinesen, la
escritora danesa Karen Blixen, candidata al Premio Nobel de Literatura, en dos
ocasiones. Publicó Siete cuentos góticos. Vivió varios años en Kenia. Su
experiencia en este país inspiró su novela más recordada, Memorias de África.
Fernán Caballero fue el
seudónimo empleado por Cecilia Böhl de Faber.
Esta escritora cultivó un costumbrismo pintoresco. Su obra afronta la defensa
de los valores tradicionales, la monarquía y el catolicismo.
Ahora, aprovechando que
las mujeres son aceptadas como literatas, tres escritores adoptan un nombre femenino
como seudónimo, Carmen Mola. Ya llevan varios años haciéndolo. Se han inventado
una mujer con una biografía, que tiene familia e hijos, para esconderse en ella.
Y sin más, ganan el premio Planeta. ¿Por qué se ocultan tras un nombre de mujer
si nosotras somos peor tratadas en el mundo literario? Sus libros se han
retirado de las librerías femeninas.
En el tema de la mujer, parece
ser que las cosas están cambiando. No sabemos hasta dónde llegarán esos
cambios. El tiempo nos lo dirá.
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