Engánchate a la entraña del amor,
destella rizos de luz en éxtasis prolongado
de abanicos suspendidos en el aire,
como guirnaldas de besos
que recorren los senderos del deseo.
Camina despacio sobre su cuerpo desnudo.
Dale luz a la esperanza de sentir
los bostezos de la vida.
Avanzadillas de pétalos rojos
en los frondosos jardines de la primavera,
como un vistoso arco iris,
va entretejiendo el amor
con tu corazón de ausencias.
No lo desdeñes jamás, se halla cerca de ti.
Revolotea, candoroso, como un pájaro
que bebiera de tu mano,
de tu alma, nívea como una paloma.
Florece a tu alrededor
como un mar presuntuoso.
Anuda la cinta de tus pestañas
al encaje almidonado de mi blusa
y huyamos juntos a un recóndito lugar
donde el tiempo yace detenido en el reloj,
donde el firmamento fecundo de tu vientre
teje luceros y estrellas fosforescentes,
como antorchas enredadas en tu piel de caramelo
en tus ojos, con el brillo de las uvas del otoño,
para alimentar la semilla candorosa
de ese mundo de ilusiones
que cobijas en tu pecho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario