Tonos rojizos, vibrantes,
en tardes de plenitudes.
Sol huidizo en arreboles cercanos.
Sangre vertida en un vidrio tornadizo.
Fuegos que prenden pasiones.
Agua serena, ondulada,
meciéndose caprichosa
en quebradas superficies.
Espejos del universo.
Luz vaporosa a raudales
en naranjas y encarnados.
Cielo inmenso y carmesí
con su mensaje de calma.
Nubes acarameladas,
que se extienden esponjosas,
en un pabellón etéreo.
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